ETAPA 25: O CEBREIRO – TRIACASTELA (21 km.)

GRÁFICO


ETAPA

DISTANCIA: 21 km

La dura jornada vivida ayer necesita de un recorrido corto pero activo para renovar fuerzas antes de los sinuosos trazados futuros. El Camino alcanza su máxima cota gallega en las laderas del monte Area y aún despliega latigazos en el repecho del alto do Poio. En O Biduedo, el Concello de Pedrafita do Cebreiro pasa el testigo al de Triacastela, cuyo núcleo principal descansa en el fondo del valle bajo la sombra del monte Oribio.

ITINERARIO

Si la niebla no lo impide ocultando el valle, ver amanecer desde O Cebreiro, junto al templo de Santa María la Real, es un privilegio que nos brinda el Camino y que no se puede rechazar. Hoy, por fin, nos sumergimos en la tierra de Santiago, la de la niebla y el orbillo; la de los castros celtas y de las minas ansiadas por los romanos; de infinidad de lomas, fragas de robles y soutos de castaños. La señalización oficial marca 151 kilómetros hasta Santiago, la nuestra 154,7. Iniciamos la vigésimo quinta etapa por encima del albergue de peregrinos. Abrigados por la vegetación de la montaña, ascendemos desde los 1296 metros hasta los 1370 (el punto más elevado del Camino Francés en Galicia) en las inmediaciones del Teso da Cruz y el monte Area. Desde ese punto bajamos al encuentro de una amplia pista forestal (Km 1,5) que conduce a la primera parroquia del día. En Galicia los municipios se denominan Concellos, a los cuales pertenecen distintas parroquias que engloban a su vez a distintas aldeas. Hacia el sur, a mano izquierda de la pista forestal, la vista se recrea en un sinfín de lomas tupidas de helechos, robles, castaños y pastizales que forman, entre otras, la sierra de O Courel. La pista forestal desemboca al pie de la LU-633, donde se encuentra la parroquia de Santo Estevo de Liñares, con iglesia prerrománica de una sola nave (Km 3,2).

Tras el templo cruzamos la LU-633, fiel acompañante durante la etapa de hoy, y tomamos una senda muy cercana a la carretera que nos arropa con sus hayas, acebos y demás catálogo de especies atlánticas. El primer alto, el de San Roque, no tarda en llegar. Al otro lado de la LU-633, a 1270 metros y ante una amplia panorámica, se alza la plástica escultura de un peregrino medieval que avanza contra el viento. Fue inmortalizado en bronce por el artista José María Acuña (Km 4,1). La senda sigue el itinerario de la LU-633 y desciende ligeramente hasta los 1.205 metros. Posteriormente, un falso llano nos aproxima hasta Hospital el segundo núcleo habitado de la jornada que lleva por sobrenombre “de la Condesa”. El mojón jacobeo marca los 145,5). En este pueblo tendremos, probablemente, uno de los primeros contactos con las “rubias gallegas”, las vacas de color canela apreciadas por su carne (Km 5,7).

Abandonamos este pueblo de vaqueros y continuamos por un surco arrimado al guardarrail de la LU-633. Más adelante cogemos el desvío a Sabugos y Temple pero despedimos de inmediato el tramo asfaltado por un camino que nos acerca a Padornelo (Km 8,1). Es el reino de la piedra y las losas de pizarra. A la salida de esta pequeña parroquia afrontamos una durísima aunque breve cuesta por la que alcanzamos el alto do Poio (Km 8,5). Un bar – albergue y un mesón reciben estratégicamente a los caminantes, ansiosos por estabilizar su ritmo cardiaco tras semejante acelerón. Más de tres kilómetros de senda pegada a la LU-633 nos separan de la siguiente población. En todo este tramo prácticamente llaneamos porque tan sólo descendemos 45 metros de altitud. Así llegamos a Fonfría, núcleo también de Pedrafita do Cebreiro, con bares y albergue. Si pasamos relativamente temprano y aún no han abierto los bares, es probable que alguna lugareña nos reciba con una suculenta torre de tortas de leche frita (Km 11,9).

Atravesamos Fonfría y de nuevo, junto a la inseparable LU-633, regresamos a la senda que nos lleva por idéntico paisaje hasta O Biduedo, a 2,4 kilómetros de distancia. En todo este tramo descendemos exactamente cien metros (Km 14,3). Tras O Biduedo, ya del Concello de Triacastela, el descenso comienza a hacerse patente. Nos separan tan sólo 6,8 kilómetros del final de etapa y aún debemos bajar unos 530 metros de altitud.

En la bajada, el camino procura desprenderse de la LU-633 y atajar las vueltas y revueltas de la carretera. Una curva pronunciada nos permite ver de frente el monte Oribio, de 1443 metros de altitud. A la derecha, en el fondo del valle, se encuentra Triacastela. La aldea posterior a O Biduedo es Filloval. En 2010 se ha abierto aquí un bar-restaurante con un punto de acceso a internet y una pequeña tienda (Km 17,3). Tras Filloval cruzamos la carretera y seguimos descendiendo entre arbolado para volverla a cruzar un kilómetro más adelante, junto a un pequeño merendero. Así entramos en Pasantes (Km 18,8), estirada aldea con capilla que atravesamos bajo el reclamo de la venta particular de frambuesas. La jornada continúa hasta la aldea de Ramil (Km 20,1), con castaño centenario al borde del camino, y casi pegada a Triacastela. El albergue público se encuentra en la misma entrada, en un descampado a mano izquierda y el resto, un gran surtido de albergues privados, en el centro de la población (Km 21,1).

DIFICULTADES

Corta etapa pero necesaria para renovar fuerzas tras la dura jornada de O Cebreiro. El fuerte repecho para alcanzar el alto do Poio es el único punto destacable de la jornada. Hay que prestar atención al tráfico de la LU-633, que se cruza en varias ocasiones.

OBSERVACIONES

Los que se encuentren con fuerzas pueden continuar hasta el albergue de Lusío (En la variante de Samos y 5 kilómetros después de Triacastela con tienda y bar en las cercanías), o hasta el monasterio benedictino de Samos, a unos 10 kilómetros de Triacastela. En este caso la etapa pasaría a ser de 31,1 km. Por el itinerario de San Xil el primer albergue se encuentra en Calvor, 13,1 kilómetros después de Triacastela.

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